domingo, 30 de enero de 2011

“Biografía Criolla (VI de VI)-El relato de Helio Ural (el Grillo) Rodríguez Valdez”





Por Roque Domingo Graciano






p) “un personaje no captado por la historia oficial”





- El profesor Delfino nos hablaba también de instituciones vigentes en nuestra vida cotidiana, en el barrio. No lo hacía de una manera burocrática y almidonada. No. Lo hacía desde enfoques novedosos aunque hablara de cosas viejas y conocidas.

- Un día nos habló de la Biblioteca Euforión, que funcionaba a pocas cuadras de la escuela y estaba vinculada a muchos alumnos desde nuestra primera infancia.

- Según Delfino, la Biblioteca Euforión es hija de acontecimientos internacionales que en su momento no fueron evaluados en su auténtica dimensión, de la masonería como fenómeno platense y del perfil volátil de un personaje no captado por la historia oficial pero que en mi niñez lo escuché mencionar en voz baja, con misterio y respeto, en alguna reunión que se realizaba en el taller de mi madre.

Este personaje era “el polaco Scharagrodsky” quien vivió en algún lugar de la ciudad (o tal vez Berisso o Ensenada) hacia 1925.

Scharagrodsky tenía su “parada” en una ferretería de calle 50 entre 8 y 9. Nunca se supo bien si era empleado de ese comercio o simplemente un frecuentador; en definitiva, allí se lo podía encontrar. También, este personaje ubicuo y volátil, asistía a las reuniones masónicas[1], especialmente en la sede de calle 46 entre 2 y 3.

Su discurso se vertebraba en la advertencia de que los hombres amantes y combatientes de la libertad debían prepararse para vivir muchos años de autoritarismo y totalitarismo. La razón, la caridad, la fraternidad y la tolerancia serían puestas a prueba. “Los tiempos venideros serán testigos del más ominoso imperio del mal”. Hubo quienes le oyeron decir “no menos de 100 años de lucha”.

El discurso de Scharagrodsky remitía a tres acontecimientos europeos que él había vivido e investigado exhaustivamente. Según sus palabras, la ola autoritaria y antidemocrática toma cuerpo el 28 de octubre de 1922 con la denominada “marcha sobre Roma”. Después de esta “operación”, el rey de Italia Víctor Manuel III entregó el poder a Benito Mussolini y a los Fascios Italianos de Combate. Esa es la luz roja para la libertad y la democracia. Ese día (al decir del polaco Scharagrodsky) todos los hombres amantes de la vida y la libertad deben llorar. “Ese día comenzó la marea del nacionalismo autoritario, militarista, antiliberal y antisocialista.”

Asimismo, recordaba: “Antes de cumplirse el año del zarpazo de Mussolini (el 13 de septiembre de 1923), Miguel Primo de Rivera y Orbaneja[2], con el apoyo del rey de España Alfonso XIII, se erige como dictador.”

Cerraba el tríptico de acontecimientos europeos, enfatizando: “Un mes después, en noviembre de 1923, Adolfo Hitler encabezó el ´putsch de Munich´ contra la República de Weimar donde se autoproclamó jefe. Si bien el ´golpe´ fracasó, en cuanto a su concreción inmediata, los ojos menos avisados pudieron desentrañar la densa red de connivencias e intereses de empresarios y militares que tarde o temprano sostendrán al déspota.”

Persuadido de que la avalancha autoritaria era inevitable, dedicaba todas sus energías a preparar a los jóvenes en la resistencia. Se reunían en los túneles que convergen sobre 8 y 50. Allí, Scharagrodsky los exhortaba y educaba para que formaran entidades sociales que fueran verdaderas trincheras frente al avance del dogmatismo autoritario.

Fruto de esa prédica es la creación de la Biblioteca Euforión. Un grupo de alumnos del Colegio Nacional crea la institución, involucrando en su cometido a algunos docentes bonachones e inocentes.

En los planes de la muchachada dirigida por el polaco Scharagrodsky, estaba el dejar indicios, huellas, señales a las generaciones futuras. (Como una letanía se hablaba de una lucha de 100 años o “la resistencia” de los 100 años.) Así, en el propio nombre de la institución dejan el aguijón: Euforión.

Este nombre, casi desconocido, remite a un bibliotecario y escritor de raza negra de la histórica Biblioteca de Alejandría. Euforión, desconocido por el gran público, es un ícono para los hombres amantes de la libertad, la paz, la fraternidad y la justicia. Vivió durante el gobierno del emperador romano Aureliano (restituto orbis) y fue quien por primera vez implementó la metodología de dejar mensajes (que contenían consignas de lucha en aras de la dignidad humana) a las generaciones futuras, a través de los libros, de la escritura.

Delfino (envuelto ya en una densa emoción, con voz gutural y metálica) terminaba exhortándonos para que valoráramos la obra del polaco Scharagrodsky: “¡Una biblioteca popular, una entidad netamente cultural en el barrio El Mondongo (en ese entonces, un populoso suburbio con calles de barro donde los carros que venían de Los Talas no podían pasar los días de lluvia) era la trinchera ígnea de la lucha de la inteligencia y el amor contra la barbarie!”



[1] Por ese entonces, las reuniones de los grupos masónicos en la ciudad de La Plata eran prácticamente públicas y a las mismas asistían también adherentes, allegados y simpatizantes (no miembros plenos de la masonería). (El Ordenador)

[2] Su hijo, José Antonio Primo de Rivera (1903-1936), fundó la Falange Española, parte integrante de la Unión Monárquica Nacional. Exhibió un discurso totalitario de perfil nacionalista. Lo fusilaron el 20 de noviembre de 1936, en la prisión de Alicante. (El Ordenador)

No hay comentarios: