domingo, 17 de octubre de 2010

“Biografía Criolla (V de VI)-El cuento chino de Celeste “Peky” Cardozo”



Por Roque Domingo Graciano




q) “lo conocí en Arenas Verdes”

- A Ural lo conocí en Arenas Verdes. Llegué un mes de enero y encontré la casa limpia, brillante, funcional. Casi no la reconocí. Había un par de amigos y Ural (el Grillo) con tres perros, pese a lo cual no había un solo pelo en la casa. Después, mucho después, me enteré que Ural había estado en casa desde el otoño anterior. La había pintado, refaccionado; arregló el sistema de iluminación y de calefacción. Un chiche.

Accidentalmente, volví a Arenas Verdes para el mes de abril. Cuando iba caminando hacia la casa, pensé que quizá todavía estaba “el viejo” flaco y feo. Exactamente, allí estaba Ural con sus tres perros. Salió a mi encuentro varios kilómetros antes de que llegara a la casa. Estaba alerta. Me ayudó con la mochila y comenzó un largo silencio en compañía. Con el paso del tiempo, en pareja, nos bañábamos y hacíamos fuego y, mientras él cocinaba, yo hacía mis ejercicios de danza. A la noche, solíamos charlar sobre unos libros que había en la casa y que él había leído exhaustivamente o escuchábamos radio. Una noche, le dije que necesitaba sexo y que estábamos los dos solos en varios kilómetros a la redonda. Él aceptó. Sirvió dos copas de cognac y les dio fuego. Abrió “Cien años de soledad” y me leyó un fragmento erótico. El cognac y el relato me excitaron todavía más. Así comenzó y así siguió mi sexo con Ural: sin urgencias.

Al año siguiente, nos reencontramos en La Plata. Lo visité aquí, en esta casa. Hacía poco que había muerto su madre y él estaba solo. Mis visitas se hicieron cada vez más frecuentes y al fin me quedé a vivir aquí. Ural refaccionó el frente de la casa y este salón para que yo pusiera la escuela de danzas.

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