sábado, 26 de diciembre de 2009

Biografía Criolla (III de VI) Las justificaciones de la Gurisa Martínez




Por Roque Domingo Graciano



k) “Después del 66, irrumpió con fuerza el peronismo en las universidades”


- Retomé mis estudios universitarios, recursé materias y rendí finales. No era el mismo ambiente universitario. Yo era muy grande para el resto de mis compañeros. Me costaba integrarme en un grupo para estudiar. La dictadura de Onganía de 1966 había intervenido las universidades pese al reclamo estudiantil: “Un solo grito: gobierno tripartito.” Aunque ilegal, había política universitaria. Después del 66, irrumpió con fuerza el peronismo en las universidades. Eso era nuevo y me alegraba. Los sindicatos eran objeto de análisis y debate por parte de la militancia estudiantil. Irrumpieron los curas tercermundistas y los curas obreros. Cualquier estudiante medianamente politizado conocía al dedillo la grilla de generales, coroneles, almirantes y comodoros de las fuerzas armadas. Los milicos, los sindicalistas y los curas eran las estrellas del espectáculo. Los políticos estaban absolutamente devaluados. En Saladillo, conocí a Alfonsín: un oscuro dirigente radical que perdía todas las elecciones internas contra Balbín. Cuando en una charla distendida, le dije que era peronista, me dijo que radicales y peronistas tenían una tarea en común y acto seguido me habló largamente del “peronismo de base”. Así, por boca de Alfonsín y por obra de la casualidad (estaba pasando unos días de descanso en casa de Clara, una compañera de estudios) me enteré que existía una corriente interna del peronismo que se llamaba peronismo de base (P.B.). En ese momento, no pensé que me casaría, tiempo después, con un militante de esa corriente ni que mi informante sería Presidente de la República al restaurarse las instituciones de la Constitución.

- Vietnam era el telón de fondo de nuestra generación. Veíamos esa guerra como una lucha de los buenos contra los malos. Nos construimos una visión esquematizada. No se hablaba de la guerra desde el dolor o el amor sino desde la ideología. La guerra nos justificaba y nos explicaba. El discurso bélico nos manipulaba y nos servía para manipular. Mi solidaridad con el pueblo vietnamita la sigo sosteniendo. No obstante, hoy, aquella construcción, la veo mezquina, estructurada a través de los cables de noticias de las agencias informativas. En este contexto histórico, en mayo de 1968 un grupo armado copó el Regimiento de Patricios(1) en Campo de Mayo. Antes, se habían escuchado unos petardos extraños en Santa Fe: un banco fue asaltado por delincuentes limpios y correctos en el trato que lucían uniforme policial. “Me di cuenta inmediatamente de que no eran policías porque hablaban correctamente y tenían buenos modales”, dijo una empleada del banco asaltado. El patio se fue poniendo cada vez más caliente. Con el “cordobazo”(2) el patio se recalentó. “Rapidito, rapidito que ya e’tamos calentito/ más ligero más ligero que nos ‘tamos calentado/ apurando, apurando el expediente que ya ‘tamos recaliente.”



[1] Regimiento escolta del Comandante en Jefe del Ejército. (El Ordenador)

[2] Rebelión popular que irrumpió en la ciudad de Córdoba derivando en incendios y saqueos. Posteriormente, las fuerzas de seguridad reprimieron con éxito. El general Juan Carlos Onganía, Presidente no constitucional, debió renunciar. Mayo de 1969. (El Ordenador)

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