domingo, 20 de febrero de 2011

“Biografía Criolla (VI de VI)-El relato de Helio Ural (el Grillo) Rodríguez Valdez”










Por Roque Domingo Graciano




t) "en la cosmovisión gnóstica, ella se llamaba Alocer y él, Bernardo"[1]

- Allí, en la fotocopiadora de la Turca, en calle 12, conocí al matrimonio.

Frecuentemente, venía la pareja a encargar trabajos de fotocopias o espiralados; si eran pocas fotocopias, esperaban; si las fotocopias eran muchas, volvían más tarde a retirar el material. A veces, uno de ellos traía el material para fotocopiar y más tarde pasaba el otro a retirarlo. Vendían la imagen de una familia unida, solidaria, muy trabajadora. Federico solía intercambiar palabras conmigo; Ailín sólo me saludaba si nos chocábamos. Años después, nos encontramos en un hotel de Bariloche. Ellos estaban en un congreso de la Iglesia Universo Cristiano. Allí sí, tuve una relación cercana con el matrimonio. Les proveía videos, esposas, vibradores, prótesis y otras chucherías para el juego sexual. A través de ese vínculo, supe que en la cosmovisión gnóstica, ella se llamaba Alocer y él, Bernardo.

Cuando ella desapareció, yo estaba en Córdoba. Leí el titular del Clarín y dudé. No comprendí lo que había sucedido. Años después, un cliente que vivía en Cariló, caminando bajo los pinos, me contó lo sucedido.

“Alocer, después de su separación de Bernardo, fortaleció su relación con los euquitas (relación que había heredado de su madre) e ingresó a la secta. En su dimensión innata, fue penetrada por Azazel a quien quedó subordinada y esclavizada en la eternidad. Se le encomendó la misión de establecer contacto diario con chicos cercanos a la pubertad, “edad propiciatoria” por el Gran Arquitecto, según los paladicas.

Más tarde, siguiendo su karma se transformó en súcubo y prometió transformar en íncubo a dos de sus tres hijos. Pero este propósito lo supo la madre de Bernardo que, en la cosmovisión gnóstica, se llama Carmen (auténtico nombre y cifra que la comprende y explica en una visión de eternidad). A Carmen, en el esbats, la llamaban la lobezna por lo de “Vade retro, Satanás” dado que, si bien es cierto que había nacido y se había criado en las pampas bonaerenses, era descendiente directa de montañeses. Carmen, la lobezna, leyó las vísceras de animales y masticó una respuesta. Se puso bajo la advocación y protección de san Juan y el 24 de junio de 1984, en un rancho de las cercanías de la laguna de Monte y el arroyo Las Totoras, encendió fogatas. Hizo penitencias y ayunos. Era una criolla física y espiritualmente fuerte, madre de 3 hijos y había librado numerosas batallas pero ninguna como ésa. Mientras la fogata se mantuviera viva, ella estaba en combate con Alocer. En los primeros tres días, la fogata estaba mustia. Doña Carmen no flaqueó. Renovó sacrificios y oraciones al Todo Poderoso. Al séptimo día, un viento propicio del oeste avivó el fuego y la fogata se incrementó de manera ostensible. Vientos de distintas direcciones enloquecieron las llamas y encresparon las aguas de la laguna. Doña Carmen, como petrificada desde el comienzo de los tiempos, oraba y ayunaba. El torbellino exterior contrastaba con la serenidad de la abuela; estaba combatiendo contra Azazel y denotaba la misma tranquilidad que cuando preparaba el puchero para su familia. El combate duró 10 días. Al décimo noveno día del inicio, doña Carmen tuvo la certidumbre de su triunfo. Las llamas se aplacaron y la fogata se transformó en brasas; la vieja se concentró en una plegaria antigua y profunda como el eco de sus ancestrales montañas. Cuando se sintió purificada, sin miedos y desatada, caminó descalza sobre las brasas una y otra vez hasta que las brasas se hicieron cenizas. Dijo los conjuros para revertir maleficios, invocó a san Juan y sacrificó animales en su nombre y con la sangre de los animales regó las cenizas. Juntó las cenizas y esperó las órdenes que le serían dichas.

La madrugada del 10 de julio, Alocer, después de departir con un comerciante vecino al que había embrujado (y a cuya hija pensaba transformar en súcubo), se vistió en forma apropiada para el esbats. Antes de transponer los límites de su jardín, se sintió atrapada. Comprendió su situación e invocó tres veces a Azazel. No ofreció resistencia. Una fuerza superior la dominaba. Cuando estaba en la calle, por segunda vez invocó tres veces a Azazel y tampoco recibió respuesta. Dudó. Se concentró y en un último esfuerzo invocó a Azazel tres veces por última vez. “¡Te llama Alocer, tu esposa, tu esclava, tu amante!” Tampoco recibió respuesta y comprendió que estaba abandonada absolutamente a sus limitadas fuerzas. Descendiente directa de la irlandesa Florence Newton, como ella dijo “Ad Majoren Satana Gloriam” y se entregó mansamente; sin un gesto, sin un ademán de resistencia; tierna y sensualmente. Doña Carmen la cercó con las cenizas que había juntado, en un movimiento análogo a las agujas del reloj y comenzó el sacrificio. El resto lo podés leer en los `Crónica´ de la época.”

- Según este vecino de Cariló, en el expediente, hay marcas suficientes que permiten leer esta historia pero jueces y policías no lo pueden decir expresamente.

- El arcano, por definición, no puede ser dicho públicamente ni comprendido por el conjunto social.

- El universo, la vida es insondable, por lo tanto, la indiferencia es una virtud.

- Sí. Dios existe pero está despreocupado[2].



[1]

CITARON A UN ALTO JERARCA POLICIAL

Caso Bowles

El juez Burlandinho, a cargo del caso del asesinato de la bella y adinerada traductora, habría citado al comisario inspector Miguel Ángel Rucci, para que explicara las versiones, presuntamente emanadas de fuente policial, que relacionan a la mujer asesinada con una secta esotérica de origen medieval.

La versión fue ampliamente tratada por medios periodísticos de la Capital Federal.

Se espera una ampliación en las próximas horas.

Pág. 26 y 27 – Crónica – Lunes 13 de agosto de 1984 – La Plata – Argentina.

[2] Últimas palabras de Helio Ural (el Grillo) Rodríguez Valdez en el relato. También, estos son los postreros grafemas de esta saga. Este es el FIN, “THE END”, el cierre. (El Ordenador)

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