lunes, 13 de diciembre de 2010

“Biografía Criolla (VI de VI)-El relato de Helio Ural (el Grillo) Rodríguez Valdez”




Por Roque Domingo Graciano



i) "la ecuación diferencial de la prostitución es: placer sexual igual dinero"


- Como en nuestra infancia, los papeles de “ladrones” y “policías” se intercambian. Las fronteras son débiles e imprecisas.

- Una prostituta cayó en cana por un crimen que se había cometido en el camino a Punta Lara. Quedó detenida en la Brigada Femenina de calle 1. El jefe de la Brigada me llamó al mes de la detención de la flaca y me dijo: “A Leticia (ese era el nombre de guerra de la profesional), la empaquetaron y le quieren endilgar el crimen. Para zafar necesita buenos abogados, buenos peritos y guita para los jueces y secretarios. En dos palabras: necesita ‘plata’. Quiero salvarla porque es una piba buena e inteligente; los asesinos son unos hijos de puta a los que, si puedo, los voy a cagar. Está sana. Se le hicieron todos los análisis. Lo tuyo es conseguirle clientes sanos y con dólares; controlarla y manejarte en una ambiente discreto. Yo la dejo salir todas las noches a partir de las 22 horas. De 22 a 6 de la mañana. La retirás vos y la devolvés vos. Si necesitás un ladero, me lo pedís.”

Le observé: “Pongo dos condiciones. Primero, cobro el 10 %. Segundo, ella debe aceptarlo con agrado; necesito charlar ‘a solas’ con ella.” El comisario me dijo que él cobraba el 15 % y que charlara cuanto quisiera con Leticia.

Todo bien. La flaca estaba de acuerdo. Con absoluta facilidad, te hacía 500 dólares la noche. Juntó el dinero. Pagó a jueces y abogados y salió libre.

- La riqueza y la pobreza dan presentaciones diferentes al fenómeno. No obstante, la ecuación diferencial de la prostitución es: placer sexual igual dinero.

- Mujeres insospechadas con familias constituidas (marido, hijos), sin problemas económicos, me han pedido que les buscara clientes. Trabajaban durante una etapa y después se retiraban; como si se hubieran probado a sí mismas que eran capaces, como poseedoras de un poder secreto. Llevaban el chico al colegio, lo dejaban en la puerta de la escuela y de ahí, sin hiato, se iban al encuentro del cliente. A las 17 horas, estaban nuevamente en la puerta del colegio para retirar el niño.

Alguna me comentó que a partir de esa experiencia “mi matrimonio funcionó mejor.”

También, los hombres casados con matrimonios armoniosos me pedían que les consiguiera chicas para satisfacer su sexo. Eso era lo clásico. Asimismo, tenía clientes que me pedían muchachos.

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