Por Roque Domingo Graciano
- La infiltración la practicaban todas las estructuras políticas ilegales o semilegales. El P.C.R.(2), por ejemplo, infiltró militantes en la zona de Salta y Jujuy porque estudios realizados indicaban que la “revolución” iba a ingresar a
Los montos y los perros, también infiltraban; lo hacían preferentemente en sindicatos, barrios del conurbano y en el movimiento estudiantil. Sin embargo, el objetivo de una y otra organización era distinto. Los perros buscaban la captación del individuo para incorporarlo a “su” ejército; los montos tenían como objetivo el copamiento de la estructura sindical, estudiantil o barrial. Por eso, los montos protagonizaban luchas sindicales y barriales que solían terminar con el asesinato de sindicalistas o dirigentes barriales o estudiantiles. Los perros no se metían en la interna de las organizaciones.
- La infiltración en organismos policiales o de seguridad, creo que
- Recuerdo dos anécdotas. La primera es
Para redondear una noche exitosa, un multimillonario húngaro, cincuentón, se calentó con Celia y bailó con ella toda
A eso de las 4 de la madrugada, Celia subió a la planta alta para ir al baño, donde departió con otras minas más de media hora, mientras se distendía y se ordenaba mental y emocionalmente. Cuando salió del baño, quedaron tres mujeres totalmente alcoholizadas que intentaban recuperarse con anfetaminas y cocaína. En el pasillo, cuando buscaba la escalera para bajar, se cruzó con un gigantón de
- Exactamente, “cazador cazado”.
- Lo de Van Dik no se pudo concretar. En primer lugar, porque Celia quedó de
- Yo no
- El segundo caso es el de Tony, un “aspirante” que militaba en la “villa”(3) de 15 y 530. Tony, a través de su militancia en Tolosa, tomó contacto con una empresa que seleccionaba personal doméstico para familias de Capital y el conurbano. La organización montoneros le ordenó que a través de la empresa se infiltrara como personal de servicio doméstico en familias acaudaladas. Tony, que era un “aspirante” bien calificado (próximo a ascender a combatiente, montonero o guerrillero), comenzó a trabajar en casas de familia de Capital y a los pocos meses era visto como un empleado eficiente. Así, fue a trabajar a la casa de un gerente de
Ahora bien, Tony era un flaco de 22 años; de
Desde un punto de vista “bélico”, la posición conquistada por Tony era excelente porque no sólo le permitía vigilar a la familia de un gerente de
A todo esto, los Montemorelos padres captaron la movilización que Tony producía en sus hijas y también observaron la distancia y discreción con que les respondía Tony quien tenía vedado, terminantemente, involucrarse con las mujeres. Como suele suceder, la indiferencia encendió más la pasión de las chiquilinas y la observación sagaz de la madre se intensificó al punto de despertar en ella un interés vaginal.
Con el correr de los días, la situación en Vicente López se hacía insostenible para Tony que era un pibe de barrio, lleno de ideales y buenas intenciones, absolutamente convencido de que lo “suyo” era una causa justa, casi sagrada y justificada por
Lo que le dio un corte definitivo a esa situación fue el secuestro del jefe de Montemorelos, Mr. Fergunson, planificado con la información brindada por Tony. Un comando guerrillero lo esperó al señor Fergunson en su camino al `centro´(4), en la prolongación de
El secuestro no sólo tensó la cúpula de la empresa sino que disciplinó a las mujeres de Montemorelos. Tony suspiró con alivio; el respiro no le duró mucho porque debió acompañar a su patrón, Montemorelos, en diversas tratativas con los secuestradores, lo que lo hacía totalmente vulnerable a las investigaciones policiales. Lo ponía en el centro de la observación policial. Como para huir era tarde, se resignó a aguantar lo que viniera. Por suerte para Tony, sus jefes montoneros, en esta ocasión, habían preservado con rigor la fuente de información y Tony pasó sin lesiones el filtro policial. El pago millonario del secuestro extorsivo se hizo en 3 ó 4 entregas. Una de ellas la debió hacer el propio Montemorelos que debía arrojar un bolso repleto de dólares desde un tren en marcha cuando recibiera determinada señal desde afuera del tren. Montemorelos debía viajar solo en la ventanilla de la izquierda del tren que unía Constitución con
Como la entrega del dinero en esas circunstancias le producía temores fundados, Montemorelos le pidió a Tony que lo acompañara, junto con 2 hombres de seguridad de la empresa que vigilarían desde una distancia prudencial. Tony debió aceptar.
El día y la hora señalada tomaron el tren rumbo a
Liberado el señor Fergunson,
La guerra continuó y a Tony se le asignaron otras tareas que cumplió con suerte diversa hasta que la diáspora guerrillera lo llevó a México. Era un Tony descreído de sus dioses de juventud, amargado y herido por la venalidad de sus antiguos jefes. Se acordó de Montemorelos y se entrevistó con él. “Fui guerrillero y participé del secuestro del señor Fergunson y, posteriormente, de muchas cosas más. La guerrilla y la política para mí es pasado.” Evidentemente, Tony no terminaba de sorprenderlo.
- “Gasté miles de dólares para que se estudiaran los antecedentes de ‘todos’ los que trabajaban en mi casa y los tuyo siempre daban OK, sólo me hablaban de los coqueteos que te hacían las mujeres.”
- “En ese entonces, yo era muy joven e inexperto, hoy sí cumpliría con ellas.”
Montemorelos estalló en una carcajada y le abrió la puerta para que ingresara a la empresa.
(3) “Villa” deviene de “villa miseria”. Asentamiento precario, paupérrimo, sin servicios elementales. Habitualmente, en terrenos fiscales y/o usurpados. Sus habitantes (con altísima ocurrencia) son desocupados o sub-ocupados. De estos términos, deriva el despectivo “villero/s”. (El Ordenador)
1 comentario:
Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia.
Mahatma Gandhi
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